domingo, 9 de noviembre de 2014

Razón contra Estómago

Los mercados hablan; los riesgos para la economía española y su recuperación van a venir de la política el año que viene. Ya se empieza a recomendar, desde agentes económicos de peso considerable en el entorno internacional, invertir en otros países periféricos europeos con escenarios previsibles de mayor estabilidad política (enlace abajo). "Podemos", al parecer, no es ningún juego para los inversores. Cataluña tampoco.

Cuando la recuperación en España parecía estar llegando, ahora todo parece ponerse nuevamente en riesgo. Al estancamiento de las principales economías europeas se suma, como otro factor de peso, la esperada inestabilidad política derivada de los cada vez más cercanos procesos electorales del año que viene. E incardinada en dicha inestabilidad, por qué no decirlo, se encuentra el esperado crecimiento de una formación que defiende, entre otras cosas, dejar de pagar cierta parte de la deuda. ¿Qué está ocurriendo?



Creo que en España se nos da muy bien lo de tender a los extremos. ¿Por qué si no la Segunda República terminó con una guerra entre comunistas y fascistas? ¿Por qué, por poner otro ejemplo más actual, unas elecciones para rector de la complutense se van a segunda vuelta entre los candidatos situados en los extremos, y no entre otros más moderados? 

Porque, como suele suceder en los países latinos, nuestra tendencia natural es a pensar con el estómago y el corazón -para lo bueno y para lo malo-. Preferimos dar carta blanca al que nos provoca un sentimiento que razonar sobre sus propuestas. Así nos creímos a Rajoy cuando "no iba a tocar la sanidad ni las pensiones" y así nos creeremos a Pablo Iglesias cuando nos diga que el Estado es viable de seguir sus políticas en solitario. Nunca me he fiado de aquellos que dicen una cosa en una sala y otra bien distinta en la siguiente.

Yo respeto todos los puntos de vista (o al menos todos los que alcancen un cierto grado de tolerancia) pero creo, sinceramente, que en España ni todos los que han votado al bipartidismo apoyan el actual sistema ni todos los que empiezan a animarse a apoyar a Podemos comparten la ideología de Pablo Iglesias. Entonces, ¿por qué vemos ese crecimiento en su formación? Porque, una vez más, vamos a acudir a votar con el estómago y el corazón. Y sin embargo la experiencia nos ha enseñado que, si hay algo que merece la pena decidir con la cabeza, es el futuro de tu país.

Creo que he dejado claro, en reiteradas ocasiones, mi descontento con el sistema político español actual y su funcionamiento. Si me preguntas cuál de las dos opciones -partitocracia o Podemos- me parece mejor, te diré que si hay algo que tenemos casi todos tenemos claro es que necesitamos un cambio. Y muy grande.

Sin embargo, creo sinceramente que lo que los españoles reclaman no es un cambio en el sistema económico, sino un cambio en el sistema político. Un cambio tan radical que, por supuesto y como es perfectamente posible, sentaría las bases para los grandes cambios que necesitamos ver también en los resultados económicos, en la vida de la gente, en fin.

¿Estado social? Por supuesto que sí; hasta donde llegue el presupuesto. Y para contar con los medios suficientes en ese presupuesto hay que tener mucho cuidado con intentar remar a contracorriente en solitario en un mundo globalizado (especialmente siendo un país sin independencia energética). Pero -y esto me parece lo más importante de todo-, si ya es peligroso tomar esa decisión con la cabeza, muchísimo más lo es tomarla con el estómago.

Este no es el "discurso del miedo" del que hablan algunos. El miedo es la antítesis de la razón, es el fin de la libertad para pensar y razonar. Yo no invito a la gente a condenar sin tapujos a Pablo Iglesias y a su partido; lo que defiendo es que no se fíen a ciegas de la persona, del discurso, que vayan al análisis de las propuestas concretas, escuchen todas las opiniones posibles y decidan por sí mismos. Si, al final de ese proceso, "Podemos" y su proyecto les parece el mejor para nuestro país, invito a todo el mundo a que vaya a votar con decisión y con la cabeza bien alta.

http://www.elmundo.es/economia/2014/11/07/545bf1f2268e3e634d8b4586.html

lunes, 6 de octubre de 2014

"Dobles discursos" y otras contradicciones

El señor Pablo Iglesias se presentó ayer, delante del programa de debate político de mayor audiencia en nuestro país, como el "cambio socialdemócrata necesario", como el redactor de un programa de gobierno (y cito textualmente) "que cualquier socialdemócrata europeo de los años 80 hubiera suscrito".

Todo ello ante la pantalla de una cadena (La Sexta) que le dedicó enterito el espacio de mayor audiencia televisiva de la semana -vídeos con momentos triunfales y musiquita heroica incluidos-, lo rodeó de periodistas complacientes, ignorantes de la vida y de críticos que casi le hacen más causa que daño.


Personalmente no tengo nada en contra de este señor, y me mantengo al margen de críticas personales o basadas en el mero prejuicio (me gustaría más oír debatir sobre su programa electoral y no sobre su coleta o su sueldo, para ser sincero). Sin embargo, hay una cosa que sí tengo en contra suya: el "doble discurso" que emite y que mucha gente decide ignorar. Comunista revolucionario por la tarde y socialdemócrata reformista y moderado por la noche, en los espacios de mayor audiencia.

Buena prueba de ello son sus debates en "La Tuerka", aunque acabo de encontrar un vídeo-resumen con una selección de intervenciones suyas -enlace debajo- que darían mucho que hablar. Algunas son demasiado cortas para poder apreciar si están sacadas -o no- de contexto (lo cual sin duda más de uno intentará), pero otras son suficientemente claras y cristalinas. Televisiones privadas prohibidas, propiedad privada prohibida... No lo escuché ayer por la noche en "La Sexta Noche". Estaré perdiendo el oído...

Los posibles motivos de una cadena como La Sexta para "catapultar" a Pablo Iglesias al estrellato son discutibles pero ante ante esta y otras declaraciones no queda más remedio que preguntarse cuál de las dos respuestas posibles a este "doble discurso" es la correcta:

a) Es comunista y actúa como demócrata moderado para obtener votos que luego utilizar para convertir a nuestro país en una democracia bolivariana (mentiroso).

b) Su corta experiencia en la política le ha llevado a cambiar de opinión y convertirse en un socialdemócrata de la casta que no defiende el fin del capitalismo (mentiroso y traidor a los ideales que tantas veces expuso con anterioridad).

Ninguna de las dos me gusta. Escojan ustedes.

https://www.youtube.com/watch?v=ovQyfpW1sYE&feature=youtu.be

viernes, 19 de septiembre de 2014

Escocia, Cataluña y el Derecho de Autodeterminación

Viene y se va el referendum escocés. Un jarro de agua fría para el nacionalismo europeo, y el catalán en particular.
Cientos de nacionalistas habían viajado hasta Edimburgo para contemplar, ante la mirada estupefacta de la Europa imperialista, el ejercicio de liberación de un pueblo esclavizado por la pérfida Inglaterra durante casi trescientos años.
Y sin embargo, ¿esto es así?


Cuando se habla de "derecho de autodeterminación", y se niega a regiones occidentales pertenecientes a democracias consolidadas, no se hace más que resaltar la doctrina establecida por las Naciones Unidas (principar impulsor del proceso de descolonización tras la Segunda Guerra Mundial). El derecho de autodeterminación, pocos lo saben, es un derecho concedido a colonias para decidir sobre su independencia -o no- de la metrópoli que las controla. Por ello, la doctrina inmensamente aceptada en el derecho internacional -Sentencia del Caso Quebec- lo niega a regiones de Estados democráticos que gozan de representación y cuya identidad y costumbres son respetadas por el Estado; especialmente cuando esas regiones no son -ni han sido- colonias de una metrópoli occidental.

Ahora es cuando toca hablar de historia. En el primer caso, Escocia e Inglaterra unieron sus parlamentos en uno en 1707 con el llamado "Act of Union". En cuanto a Cataluña, el Condado de Barcelona -cuyos límites en su apogeo alcanzaron a una importante parte de la región, mayor de la mitad- podría ser considerado lo más parecido a un "estado ancestral" al que retrotraerse cuando hablamos del caso catalán. Dicho condado se incorporó voluntariamente, mediante una unión dinástica, al reino de Aragón, constituyendo el inicio de la Corona de Aragón; dicha Corona se uniría en 1492 a Castilla, formando así el Reino de España, primer estado-nación europeo. Así, podemos observar como el Reino de León, unido al antiguo condado de Castilla, goza de la misma posición que el condado de Barcelona -unión a un ente unido posteriormente a otro para crear España-. ¿Consideran ustedes a León una colonia?

¿Dónde está, entonces, la colonización de Cataluña? El independentismo catalán la sitúa en la guerra de sucesión española; una guerra dinástica en la que las distintas potencias europeas participaron para apoyar a su candidato al trono español entre dos casas: los Austrias y los actuales Borbones. Los Borbones defendían un nuevo modelo de estado, en el que un derecho nacional, que no hiciera distinción por territorios, sustituyese a los distintos derechos medievales de los diferentes reinos, desterrando los últimos vestigios del feudalismo europeo -muy presentes en los derechos forales-.

Como suele suceder en estas cosas, contra el cambio se resiste quien se ve perjudicado por él: en este caso, entre otras, la burguesía y nobleza catalana. Temiendo perder los privilegios feudales construidos por sus predecesores, diversos reinos de España, acostumbrados al modelo pseudomedieval de los Austrias del que sin duda se beneficiaban, se alinearon con el candidato de la Casa de Austria. La guerra fue cruenta y terminó con la toma de Barcelona (en 1714), tras la cual se dictaron los Decretos de Nueva Planta, que derogaban los derechos medievales de los distintos reinos de España. Una guerra civil, y una facción vencedora. No sería la primera ni la última vez en nuestro país. ¿Una colonización de Cataluña que, como pueblo todavía oprimido por la metrópoli castellana, merece un "derecho de autodeterminación" que los libre de sus cadenas? Resulta interesante observar cómo cuando, cien años después (1808), Napoleón ofreció a Cataluña anexionarse a un imperio más avanzado y moderno, los catalanes se echaron al monte como el resto de españoles, convirtiéndose en los primeros en derrotar al entonces invicto ejército francés en la batalla del Timbaler del Bruc. Otro dato que suele obviarse es la entrega del monopolio de comercio de los textiles a Cataluña, como parte de una política económica española de carácter general que benefició enormemente a la región, protegiéndola de los efectos de sucesivas crisis que mermaron la industria del resto del país.
¿Les huele a colonia? A mí tampoco.

sábado, 8 de febrero de 2014

El camino equivocado


A 8 meses del referéndum, en Escocia el "no" a la independencia oscilaría en torno al 68%. ¿Estamos haciéndolo mal en España? Quizá la estrategia del Gobierno basada en una negación absoluta y la evitación del debate tan sólo sirva para provocar más victimismo, que se traduce en mayor independentismo.

Mientras en el Reino Unido el Gobierno decide la pregunta y los votantes, aquí Artur Mas y Junqueras deciden a la carta, estableciendo la edad en 16 para que los chavales recién salidos de una escuela pública adoctrinadora corran a engrosar el "sí", y estableciendo trampas como la del "doble no", que sencillamente no será contabilizado. Por otro lado, la Generalitat engaña a sus ciudadanos con la contabilización de la deuda y los recursos públicos con los que Cataluña supuestamente contaría de independizarse. Los famosos 16.000 millones que son realmente 800 millones, como bien demostraban el otro día Josep Borrell y Joan Llorach (enlace abajo). 

Mientras, en Canadá las promesas del oro y el moro son lavadas con la ducha de agua fría de una regulación sensata y justa sobre la secesión, entrando en cuestiones cruciales como las de qué tienen que decir el resto de canadienses o cuál es el reparto de los bienes comunes. Una cuestión interesante es que establece que las comunidades dentro del territorio de Quebec que decidieran quedarse en Canadá tienen el mismo derecho a decidir qué quieren para su futuro que los lugares donde gana el "no". Todo apunta a que en la provincia de Barcelona el "no" ganaría... ¿Tienen Junqueras y compañía el derecho a separarlos de nosotros por el margen tan estrecho con el que tienen previsto ganar -si lo hacen- en el resto de Cataluña? ¿O es que porque no puedan permitirse una estado catalán sin Barcelona hay que obligar a los barceloneses a un cambio radical del statu quo, contra el que encima se han pronunciado mayoritariamente en contra?

Con el establecimiento de unas reglas de juego se evita la desfachatez del "ya que no hay vía, la hacemos nosotros como nos venga en gana". Se acaba con la "secesión a la carta". Con el debate y la confrontación del problema, como en el Reino Unido, se protege a los ciudadanos frente a las falsedades de una propaganda unilateral. Deberíamos tomar nota.

http://elpais.com/elpais/2014/01/19/opinion/1390153695_441521.html